
Colibrí
Eulampis jugularis / Orthorhyncus cristatus / Eulampis holosericeus

El colibrí, la brillantez viviente de los jardines tropicales
En Martinica, se pueden observar varias especies de colibríes en estado salvaje, incluso durante un paseo por Zoológico de Martinica. Estas aves no están en cautiverio. Se mueven libremente en el jardín botánico Habitation Latouche, atraídos por la diversidad de flores tropicales a lo largo de la ruta.
Entre las especies visibles en Martinica, encontramos en particular:
- El colibrí crestado (Orthorhyncus cristatus)
- El colibrí de Madeira (Eulampis yugularis)
- El colibrí verde otoñal (Eulampis holosericeus)
Estos colibríes frecuentan zonas ricas en néctar. A menudo se ven cerca de balizas, heliconias y otras plantas con flores que bordean los senderos del parque. Su presencia está estrechamente relacionada con la riqueza botánica del sitio.
El colibrí es una de las aves más reconocibles de las Antillas. Su pequeño tamaño, su flotar y sus aleteos extremadamente rápidos le dan un aspecto único. Dependiendo de la especie, el plumaje puede tener reflejos verdes, azulados o violáceos. Los machos suelen tener colores más brillantes, mientras que las hembras son más discretas.
Dependiendo de la especie, el estatus de la UICN varía entre Preocupación Menor (LC) y Casi Amenazada (NT). Los colibríes siguen dependiendo de la preservación de los ambientes naturales y las áreas floridas, que son esenciales para su supervivencia. La desaparición de las plantas nectaríferas tiene un impacto directo en sus poblaciones.
El colibrí se alimenta principalmente de néctar. Su pico largo y delgado, combinado con una lengua extensible, le permite llegar al corazón de las flores. También consume pequeños insectos, que son fuentes esenciales de proteínas, especialmente para la dieta de los jóvenes. Al pasar de flor en flor, desempeña un papel clave en la polinización de las plantas tropicales.
Su vuelo es uno de los más espectaculares del mundo animal. Algunos colibríes baten sus alas hasta 60 veces por segundo. Su metabolismo muy elevado explica su necesidad constante de comer durante todo el día.















Quelques anecdotes

Un corazón extraordinario
El corazón del colibrí late extremadamente rápido, a veces más de 1000 latidos por minuto en pleno vuelo. Este rendimiento le permite mantener su intensa actividad, pero también le exige comer con mucha regularidad para evitar el agotamiento.

Territorios diminutos
A pesar de su pequeño tamaño, los colibríes defienden los microterritorios alrededor de flores ricas en néctar. No dudan en cazar otras aves, a veces mucho más grandes que ellos, para proteger su botín.
