Murciélago

Apodado Guimbô en criollo, el murciélago frugívoro Artibeus jamaicensis es uno de los primeros animales que los visitantes encuentran al comienzo del recorrido por el zoológico de Martinica. A menudo se lo percibe erróneamente debido a su singular apariencia, pero desempeña un importante papel ecológico en los ecosistemas insulares del Caribe. Sus orejas grandes y móviles y su característico hocico le permiten utilizar un sofisticado sistema de localización: la ecolocalización. Al emitir ultrasonidos que rebotan en los elementos de su entorno, obtiene un «mapa sonoro» preciso que le muestra la posición de los obstáculos, los frutos maduros o el posible peligro, todo ello en la oscuridad más absoluta.

Esta especie pertenece a la familia Phyllostomidae, un grupo muy diverso de murciélagos tropicales americanos. En Martinica, como en muchas islas del Caribe, Guimbô ocupa bosques húmedos, áreas boscosas y algunas cuevas. También se asienta en una densa vegetación donde encuentra alimento y refugio. Su presencia es preciosa para la flora de Martinica: al alimentarse de frutas locales, disemina las semillas a largas distancias, promoviendo así la regeneración natural de los bosques, especialmente en las zonas afectadas por los ciclones.

De tamaño modesto (alrededor de 7 a 9 cm para 40 a 60 g) Artibeus jamaicensis está equipado para la vida en el aire. Consume principalmente frutas como guayaba, higo, mango o alguna especie autóctona más discreta. Su sistema digestivo extremadamente rápido le permite procesar la pulpa en solo unos minutos, lo que es una ventaja para mantener un vuelo ligero y eficiente.

Clasificada como de preocupación menor (LC) por la UICN, la especie ahora se considera estable. Sin embargo, sigue siendo vulnerable a la desaparición de los hábitats forestales, lo que aumenta la iluminación nocturna y las perturbaciones humanas. Las áreas naturales protegidas de Martinica, así como la conciencia pública, contribuyen a su mantenimiento a largo plazo.

En el zoológico de Martinica, el Guimbô ilustra la importancia de la fauna local y su papel esencial en el equilibrio de los ambientes tropicales. También permite discutir el fascinante funcionamiento de la ecolocalización y la diversidad de mamíferos voladores presentes en el Caribe.

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